
Lo poco que sé de la vida se cuenta tomando café, se entiende tomando una copa y se olvida tomando dos. Entre lo poco que sé de la vida, te diré que nada vale la pena sin alguien que te haga ser incoherente. Ni flores, ni vela, ni luz de luna. Ese es el verdadero romanticismo. Alguien que llegue, te empuje a hacer cosas de la que jamás te creíste capaz y arrase de un plumazo con tus principios, tus valores, tus "yo nunca", tus "yo que va".
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